Corría el año 2003 cuando aquí un servidor estudiaba 1º de la ESO. Una tarde, mi padre vino del trabajo con un CD de un grupo para mi totalmente desconocido. Mago de Oz Gaia se podia leer en la carátula. "Es para que me lo grabes para un compañero de oficina" me dijo (si, ya por esa época era un malvado pirata que grababa discos. Ni me molesté en escuchar ninguno de los temas que ese disco contenía. Unos pocos días después, en clase de música, una compañera trajo ese mismo disco, y mientras contaba la historia de la banda, puso una canción: "Alma".
Me hipnotizó. No presté atención a ninguna de las palabras de mi compañera. Sencillamente, no pude. Todo mi sistema auditivo estaba centrado en no dejar escapar ni un solo matiz de esa voz que surgía de los altavoces de aquella mini-cadena y se calaba hasta lo más profundo de mi ser. Hasta mi alma.
A partir de ese dia, cada vez que escucho sus canciones en cualquier sitio, en mi mp3, por la megafonía de algún estadio, de fiesta y, por supuesto, en sus conciertos, mi cuerpo es incapaz de permanecer indiferente y reacciona, como si algo en mis entrañas se activase, como si el estarse quieto no fuese una opción.
Por todo esto, intentaré estar en su último concierto aquí en Madrid. Para poder disfrutar por última vez de aquellos cabrones que hace 16 años empezaron a caminar sobre un mundo de baldosas amarillas. Para poder deleitarme por última vez con esa voz que emana de esa garganta que finalmente se ha visto rasgada. En definitiva, para poder oir por última vez como profiere su grito más característico... Hasta siempre Cabrones!!
