domingo, 17 de abril de 2011

Corazón amarillo




El Alcorcón ha logrado imponerse esta mañana al Tenerife por 3-2 en el partido disputado en Santo Domingo. Los isleños se adelantaron dos veces, pero los locales, con más ímpetu que juego, y con doblete de Quini, lograron darle la vuelta al marcador. Con este resultado, los pupilos de Anquela prácticamente pueden decir que la temporada 2011/12 la disputarán en la división de plata, al sumar ya en su casillero 50 puntos y estar a 18 del descenso.

No fue uno de los mejores arranques de los madrileños como locales. El Alcorcón salió a su campo con menos agresividad que en otras ocasiones, siendo el Tenerife el primero en llegar al área rival con cierto peligro. Pasaban los minutos y los amarillos no conseguían hacerse los dueños del esférico y acorralar al rival en el área como en otras ocasiones, si bien es cierto que el equipo que tenían enfrente se lo estaba poniendo muy difícil ya que lo que se estaban jugando eran tres puntos importantísimos para lograr acercarse a la salvación.
Cuando parecía que los madrileños empezaban a crear cierto peligro, teniendo una clarísima ocasión tras un remate de Quini de tacón en el área a pase de Montañes, que se marchó fuera por poco, el incombustible Nino enganchó una volea en el área tras un saque de esquina, marcando el primero para los suyos. Tras este varapalo, el Alcorcón se lanzó hacia la meta defendida por Sergio Aragoneses en busca del empate. Y sólo cuatro minutos más tarde, obtuvo su premio. El árbitro decretó pena máxima tras pitar mano en el área. Esta vez Quini no falló y puso las tablas en el marcador. Con este resultado se llegó al descanso.



En la reanudación, un fallo en la defensa del Alcorcón apunto estuvo de aprovecharlo Nino para poner por delante a los suyos, pero su remate se marchó desviado. Cuando corría el minuto 52, el Tenerife logró aumentar su ventaja gracias al tanto de Iriome, que arrancó en posición dudosa, tras regatear a Manu Herrera.
Tras este gol, Anquela movió ficha y metió a Jeremy y a Gerardo primero, y a David Sanz más tarde, para dotar a los suyos de mayor presencia en el ataque. Y surtió efecto.
Los locales tiraron de orgullo, de ganas, y por qué no decirlo, le echaron huevos y empezaron a monopolizar las oportunidades de gol. Montañés, que cuajó un gran partido, puso un centro desde la banda derecha que, tras pasearse por todo el área, Jeremy empujó haciendo de nuevo el empate en el electrónico. Sin embargo, los amarillos no se conformaron con ese resultado y siguieron buscando el gol que confirmase que el sueño de Segunda se prorrogaría un año más. Y como no podría ser de otra forma, el encargado de hacerlo realidad fue Quini-gol, enganchó una fabulosa volea desde la frontal del área, alojando el balón en las mallas y la euforia en los corazones de los 3.000 aficionados. Corazones que cada jornada que se disputa son más amarillos.